- Instalan rampa, pero banca obstruye su uso en la ciclovía, frente a la CESPT
Tijuana-BC // Mayo 26 de 2015 // Isaías Plascencia
La inclusión en Tijuana avanza, pero a paso lento y con múltiples coyunturas de discriminación, indiferencia e ignorancia en perjuicio de las personas con discapacidad, adultos mayores y mujeres embarazadas.
Con la creación y «activación» de la ciclovía en un largo tramo del bulevard Federico Benitez, fue más que evidente la escasa planeación y visión para considerar a esos sectores vulnerables de la población, al no tomar en cuenta con un vasto sentido de conciencia y humanidad, sus necesidades al transitar por esa vialidad, mucho menos conocer y considerar las dificultades que tendrían al hacer uso de esa obra.
Importante y útil es dicho circuito para los ciclistas, no hay duda, urgía algo así en la ciudad, que aunque insuficiente, viene a resolver de manera parcial un reclamo de todos aquellos que prefieren el transporte verde, el no contaminante, pero algo debió haber salido mal al inicio, porque son inolvidables las modificaciones que se hicieron a partir del reclamo público de automovilistas, peatones y comerciantes afectados por las restricciones de los «cuadritos amarillos».
El ajuste más relevante fue frente a las instalaciones de la CESPT, donde se adecuó una rampa para que la gente pudiera con facilidad subir al taxi o camión, pues movieron las casetas para resguardarse del sol o la lluvia -mucho tiempo después-; se ve como algo de «primer mundo».
No obstante los errores aparecieron. Primero, durante semanas, resultó imposible para una persona en sillas de ruedas poder hacer uso de tan impresionante sala de espera urbana, pues corría el riesgo de quedar atascado su medio esencial para la movilidad, debido a la exagerada separación de una rejillas de metal conectadas entre la banqueta y el área de ascenso.
Segundo, el espacio se redujo de tal manera que en el futuro podría resultar un problema de tráfico y tránsito entre transeúntes y ciclistas, que requeriría la semaforización o al menos un agente policiacio para controlar el cruce constante por ese tramo.
Pero el colmo es la tercer incongurencia, luego que al inicio de esta semana, si bien ya será sencillo hacer uso de la caseta a partir de la instalación de una pequeña rampa sin temor de quedar atrapado, se les olvidó quitar una banca, sí de esas que ostentan publicidad, pues obstruyó al menos este lunes y martes el acceso a tan vital sendero.
Puede tratarse de una omisión, un olvido para el contratista, las autoridades o el publicista -no del que se anuncia-, pero no es algo para festejar, ni restarle importancia, es una clara violación a los derechos de las personas con discapacidad, una acción insultante para las personas mayores y un hecho misógino hacia las mujeres embarazadas.
Espero y pronto, muy pronto se arregle eso, que alguien de los de arriba se percate y tenga la voluntad humana, social y hasta política de hacer lo correcto.