Después de una larga espera, por fin le entregaron los libros del tercer grado de primaria en Braille a Saúl, pues a pesar de que fueron solicitados mucho antes de haber iniciado el ciclo escolar 2021-22, estos no le habían sido proporcionado, dado que nadie sabía en dónde estaban.
Fue en octubre cuando el reclamo por parte de Martha Cruz, la madre del niño que tiene discapacidad visual, trascendió en redes sociales a nivel regional y de ahí hasta Ciudad de México, debido a que si bien siempre ha tardado la entrega de los ejemplares para lectura táctil, en esta ocasión se excedió el tiempo y peor aún, se desconocía su paradero.
En algún momento se le dijo que estaban en una bodega de Playas de Rosarito, luego que en Tijuana o Mexicali, poco después que se quedaron en el camino entre la capital del país y Baja California.
No obstante, aprovechando que el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, visitaría la entidad el 17 de octubre, ella continuó con su demanda por el derecho de su hijo, acción que materializó trasladándose al Centro Estatal de las Artes de Playas de Rosarito, dado que ahí estaría el mandatario.
Con pancarta en mano llamó la atención del Ejecutivo Federal y le entregó una carta en Braille escrita por Saúl, exponiéndole la situación. Eso en parte agilizó la atención.
Las cosas no se quedaron así, había que insistir, por tanto vía twitter en una publicación a través de la cuenta @ciudadtijuana se etiquetó a la Conaliteg (Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuito), que de inmediato se comunicaron con el equipo informativo de CiudadTijuana.info para lograr vincularse con Martha y otras mamás que están pasando por lo mismo.
Se investigó por parte de esa institución la ubicación del material didáctico y se corroboró que de acuerdo a sus registos, este sí había sido entregado a tiempo a las autoridades educativas de Baja California. De nueva cuenta el rastro de los libros «perdidos» llevaron al terreno estatal.
Aunque pasaron semanas, Saúl logró avanzar gracias a su familia que le leyó lo que debía aprender y así cumplir con las tareas escolares; parecía que así terminaría el 2021.
Este jueves 18 de noviembre estaba por convertirse en un día más, hasta que le hablaron desde la coordinación escolar de Playas de Rosarito para avisarle que ya tenían el paquete de ejemplares, pero que se los entregarían hasta la siguiente semana en un acto protocolario, algo a lo que Martha se negó.
Ante la justa insistencia, los funcionarios accedieron a proporcionarle de inmediato todo. Parecía que sería descrito, pero ya le esperaban con una serie de formalidades para la toma de fotografías.
Ahí le explicaron que tal como había dicho la Conaliteg, el paquete sí llegó a la entidad, pero hubo varios errores, pues llegaron a nombre de otro director y con destino a la escuela Cuauhtémoc, pero una que está ubicada en Tijuana y no en Playas de Rosarito, que por cierto lleva el mismo nombre de quien fuera emperador de los aztecas.
El caso de Saúl ha quedado resuelto, pero continúan otros niños en la incertidumbre. Por ahora quedó demostrado que más de un funcionario público se equivocó al hacer el pedido.