Tijuana-BC { Isaías Plascencia
La serie Entrevistas de Café continúa con la pintora Trinidad Camargo, quien compartió el origen de su inspiración y motivación plasmada en su obra artística.
El inicio
Observadora, reservada y seria, son los primeros adjetivos de la artista y diseñadora de marketing digital, Trinidad Camargo, pero su descripción estaría incompleta, si no se agregaran dos cualidades más, analítica y sonriente.
Nacida en Tijuana, hace ya casi 30 años, al igual que muchas niñas, disfrutó de su infancia a través del dibujo, momentos en los que daba forma en las hojas, paisajes que brincaban entre la realidad y la fantasía, pero que le permitían viajar con la imaginación.
Aunque se alejó del arte infantil antes de ingresar a la secundaria, su gusto por los trazos, los colores y las figuras, no desaparecieron, por lo que la separación no fue total.
El futuro profesional
Durante aquellos años y tiempo después, se le exhortó desde su familia a visualizar una carrera, algo que le permitiese conseguir el sustento económico durante su vida adulta, más allá del placer artístico. Aunque hizo caso y concluyó como ingeniera química en la UABC, no apagó su deseo por volver a pintar.
«Mi familia me decía que me moriría de hambre como artista, pero cuando entré al mercado laboral, al no encontrar empleo como ingeniera, me di cuenta que así me moriría de hambre».
Luego de haber concluido la carrera en 2011, su vida dio un giro total, tras varios intentos por trabajar de manera permanente en una empresa, al principio sin éxito, aunque algunas oportunidades se dieron, no obstante, eso implicaba suspender la parte creativa.
Desmotivada ante la adversidad, en 2014 tomó sus pinceles, la paleta de colores y dio vida a una historia en un lienzo blanco, acción que la liberó de la presión social laboral y vocacional.
El giro
Al terminar su creación, la publicó en facebook, sin saber que eso cambiaría el rumbo de su destino, pues una semana después, alguien la contactó y felicitó por su talento, así que la contrató para que creara un mural en su casa.
Emocionada por la inesperada respuesta, se percató que sus piezas de arte tenían valor para otras personas, por lo que siguió esa ruta y ofreció decenas de creaciones a un mercado conocedor del hiperrealismo, técnica y estilo que distinguen sus cuadros.
Terapia con arte
Desde hace dos años no ha vuelto a detener su creatividad, por lo que la pintura es más que un trabajo, es una terapia, algo que decidió compartir con jóvenes y adultos a través de talleres de arte, en los que la libre expresión, es el requisito principal.
«Dejo que las personas hagan con libertad lo que gusten mediante la pintura, luego de conocer las bases para lograrlo. Es algo terapéutico para ellos, dada la intensa actividad que tienen a diario».
Trinidad Camargo, no es conformista, es perfeccionista y por ello su grado de exigencia con la calidad, por lo que siempre busca mejorar lo que hace, para superar lo anterior.
«Es como el deporte, un criterio de repetición, entre más intentos tenga una pieza de arte, intentos en un papel sin dañarlo, va tomando mayor resolución. Es igual que en el deporte, entre más repetición tengas en un ejercicio al cabo de un tiempo habrá un cambio en el cuerpo».
La perfección
«Es obsesión y hasta cierto punto es un trastorno, sirve como arte terapéutico. Hay veces que la pieza la sigo viendo mal después de muchas horas de trabajo. Soy perfeccionista, por lo que el pintar me ayuda en mi relación con las personas y como yo me exijo mucho, exijo mucho a los demás».
Sus creaciones han sido mostradas en diversos eventos, como Festivarte y Bajasand, así como en las galería del Pasaje Rodríguez y del Hipódromo.
Es en cada una de sus exhibiciones, donde ha logrado compartir la posibilidad de transformar la existencia personal mediante el uso de los colores en trazos que reproducen casi de manera idéntica de rostros femeninos, un estilo que simula la fotografía, un espejo.
«Al desarrollar una creación tuya, puedes desarrollar criterios para otro tipo de proyectos, más grandes. Es un desbloqueo del lenguaje inconsiente, porque a veces en la forma en que se dibuja, los errores que se comenten, sí se parecen a ciertos errores del inconsciente».
Lo que sigue
Sonriente, revela su interés por llevar su obra más allá de la frontera, así como impulsar el gusto en los tijuanenses por las diferentes manifestaciones artísticas de la región.

Esa señora Trinidad Camargo no era arte terapéutico, no tiene certificaciones, ni estudios; ni siquiera es de Tijuana.
Quedo mal en unos cursos y de ahí se escondió.
el que esta escondido eres tu, ni siquiera te conozco, ME ROBARON unos cursos, que pateticos son, deberias sentir verguenza por apoyar rateros, como me tiran mierda y solo se dedican a ROBARME
es mas, a ti Luis Mario que ni siquiera te conozco, los VOY A DEMANDAR POR DIFAMACION, lo unico que he hecho es trabajar un chingo para que parasitos como USTEDES esten tirando s***t con pende**** ami me ROBARON cuando daba cursos